Tarde, Ricardo Arjona
Esta canción también es conocida como Sin Daños A Terceros y está en ese álbum.
Justamente ahora
irrumpes en mi vida,
con tu cuerpo exacto y ojos de asesina.
Tarde como siempre,
nos llega la fortuna.
Tu ibas con el,
yo iba con ella,
jugando a ser felices por desesperados,
por no aguardar los sueños,
por miedo a quedar solos.
Pero llegamos tarde,
te vi y me viste,
nos reconocimos enseguida,
pero tarde.
Maldita sea la hora
que encontré lo que soñé,
tarde.
Tanto soñarte y extrañarte sin tenerte,
tanto inventarte,
tanto buscarte por las calles como un loco,
sin encontrarte.
Y ahi va uno de tonto;
por desesperado,
confundiendo amor con compañia.
Y ese miedo idiota de verte viejo y sin pareja,
te hace escoger con la cabeza lo que es del corazon.
Y no tengo nada contra ellos,
la rabia es contra el tiempo
por ponerte junto a mi,
tarde.
Ganas de huir;
de no verte ni la sombra,
de pensar que esto fue un sueño o una pesadilla,
que nunca apareciste,
que nunca has existido.
Ganas de besarte,
de coincidir contigo.
De acercarme un poco,
y amarrarte en un abrazo,
de mirarte a los ojos
y decirte bienvenida.
Pero llegamos tarde.
Te vi y me viste,
nos reconocimos en seguida,
pero tarde.
Quizas en otras vidas,
quizas en otras muertes.
Que ganas de rozarte,
que ganas de tocarte,
de acercarme a ti y golpearte con un beso,
de fugarnos para siempre,
sin daños a terceros.
Que terrible cuando esta situación pasa...
¿Que hacer?
¿Dejarlo pasar?
¿Dejar de sentir?
Jugársela y olvidarse del resto.... especialmente de esos terceros.
Se puede ser egoista y pensar en tu felicidad?
¿Se puede engañar al corazón?
No se puede engañar al corazón, no se puede dejar pasar la posibilidad de encontrar el amor de tu vida, no se puede olvidar al resto y el daño a los terceros es inevitable, aunque sea tu propia sangre...
Justamente ahora
irrumpes en mi vida,
con tu cuerpo exacto y ojos de asesina.
Tarde como siempre,
nos llega la fortuna.
Tu ibas con el,
yo iba con ella,
jugando a ser felices por desesperados,
por no aguardar los sueños,
por miedo a quedar solos.
Pero llegamos tarde,
te vi y me viste,
nos reconocimos enseguida,
pero tarde.
Maldita sea la hora
que encontré lo que soñé,
tarde.
Tanto soñarte y extrañarte sin tenerte,
tanto inventarte,
tanto buscarte por las calles como un loco,
sin encontrarte.
Y ahi va uno de tonto;
por desesperado,
confundiendo amor con compañia.
Y ese miedo idiota de verte viejo y sin pareja,
te hace escoger con la cabeza lo que es del corazon.
Y no tengo nada contra ellos,
la rabia es contra el tiempo
por ponerte junto a mi,
tarde.
Ganas de huir;
de no verte ni la sombra,
de pensar que esto fue un sueño o una pesadilla,
que nunca apareciste,
que nunca has existido.
Ganas de besarte,
de coincidir contigo.
De acercarme un poco,
y amarrarte en un abrazo,
de mirarte a los ojos
y decirte bienvenida.
Pero llegamos tarde.
Te vi y me viste,
nos reconocimos en seguida,
pero tarde.
Quizas en otras vidas,
quizas en otras muertes.
Que ganas de rozarte,
que ganas de tocarte,
de acercarme a ti y golpearte con un beso,
de fugarnos para siempre,
sin daños a terceros.
Que terrible cuando esta situación pasa...
¿Que hacer?
¿Dejarlo pasar?
¿Dejar de sentir?
Jugársela y olvidarse del resto.... especialmente de esos terceros.
Se puede ser egoista y pensar en tu felicidad?
¿Se puede engañar al corazón?
No se puede engañar al corazón, no se puede dejar pasar la posibilidad de encontrar el amor de tu vida, no se puede olvidar al resto y el daño a los terceros es inevitable, aunque sea tu propia sangre...